JOKER, la película del año.
“Put on a happy face”😃
Esta frase seguro resonará mucho en las cabezas de las personas que han
visto ya la gran anticipada cinta del director Todd Phillips.
Hace unos meses se generó gran expectativa con respecto a su trama. El
tráiler nos mostraba la triste y cruda vida de Arthur Fleck, un aspirante a
comediante que a pesar de recibir desprecio, ser visto como burla y ser visto
como alguien acabado, trata de mantener una sonrisa en su rostro, mientras
intenta no caer en la locura.
Bueno pues eso es lo que podríamos decir a nivel superficial, pero la
verdad es que muchos nos quedamos con la boca abierta y un sentimiento confuso
al salir del cine. La pelicula sin duda cumplió con las expectativas de la
audiencia, dejando a muchos sorprendidos, sobre todo por la gran actuación de
Joaquin Phoenix. Es increíble cómo el actor logró entrar tanto en el papel,
incluso comenta el mismo Joaquín que bajó 23 kilos en 4 meses para entrar aún
más en el personaje. Respecto a su peculiar risa, el actor mencionó que tuvo
que basarse en videos de personas que sufren de risa patológica, cosa que le
fue de mucho trabajo lograr obtener tan peculiar risa, pero luego de muchos
intentos logró conseguirlo.
La historia va de lo que les comentamos anteriormente, pero aún más
denso pues se incorporan temas médicos y psiquiátricos. Por ejemplo la
enfermedad que Arthur sufre es real y es un trastorno poco común que afecta a
menos de 1.0 por ciento de los pacientes con algún tipo de crisis epiléptica.
De acuerdo con Raúl Iván Escamilla Orozco, psiquiatra especialista en depresión
mayor y esquizofrenia, el padecimiento se llama epilepsia gelástica. El
especialista explicó que el estrés puede ser detonante de la epilepsia
gelástica, pero también puede tener su origen en el sistema nervioso, como tumores
en el hipotálamo, alteraciones o problemas degenerativos en el lóbulo frontal.
El perfil de personalidad de Arthur Fleck corresponde también al de un
hombre psicopática, antisocial, trastorno de personalidad, narcisista,
histriónico, con una gran necesidad de reconocimiento y con un nivel muy alto
de frustración. Se trata de una personalidad dañada biológica pero también
emocionalmente, condición a la que abonaron distintos factores de riesgo de
tipo social, como el maltrato y el abuso físico que el personaje habría sufrido
desde la niñez. Arthur Fleck es resultado de una salud mental no tratada desde
sus inicios, grandes cicatrices y lo que una persona es capaz de soportar hasta
llegar al límite.
Es irónico que su nombre artístico de payaso, fuese Happy. Pues
como él mismo dijo en la película mientras estaba con la trabajadora social,
nunca ha tenido un solo día feliz en su vida. Sin embargo él intentó perseverar
en mantenerse bien con la frase que su madre siempre le decía “pon una cara
feliz”. Todo su mundo se derrumbó por completo cuando descubrió que no
solamente era adoptado sino que, su madre le había mentido toda su vida y que
había sido su culpa que él desarrollara epilepsia gelástica, por abusos del
novio de esta.
Su madre desde el inicio de la película mostraba una actitud
obsesiva con el señor Wayne, pensando que él los podría sacar de la miseria.
Así que no fue tan descabellado cuando nos enteramos de toda la verdad a través
de esos papeles del centro psiquiátrico, lo que no pudimos procesar es que ella
hubiera sido capaz de hacer semejante atrocidad en la vida de su hijo, pues
como Arthur, creímos ciegamente en ella. Otro golpe bajo que Arthur recibió,
fue el de su comediante favorito burlándose de él en televisión nacional.
Hay mucho que hablar sobre la miserable vida de
Arthur, pero creo que también debemos hablar un poco sobre el debate entre
realidad y ficción que se muestra presente en toda la película. Esto es claro
resultado de su desequilibrado estado mental, pero se presenta de una forma tan
sutil que hasta nos hace cuestionarnos a nosotros mismos. Su relación con la
vecina fue totalmente falsa, nunca existió. Ella representaba el anhelo de
amor, comprensión y contacto físico que necesitaba en su vida, en la primera etapa
se muestra su interés por tener una pareja, como cuando baila solo frente al
televisor y finge el papel de un hombre y mujer. O su extraña obsesión con la
figura femenina, plasmada en recortes pornográficos en su diario.
Aunque parezca enfermizo, esto también es debido al
estilo de vida que su enfermedad, pobreza y desdicha le generó.
Si analizamos la pirámide de Maslow y la comparamos
con la vida de Arthur Fleck podemos ver un claro patrón de vacíos.
Justo en la base, podemos ver que alimentación,
descanso y sexo faltan en su vida, una de las necesidades más primitivas del
ser humano. Se recalca durante la cinta que no se había estado alimentado como
era debido y que por obvias razones no tenía mucho tiempo de descanso.
En la
segunda fase vemos lo de seguridad de recursos, en este caso el empleo: frágil,
pues siempre tenía conflictos y malentendidos con su jefe; en cuanto a los
recursos: cortaron los fondos con el servicio social, por lo que se le
dificulto conseguir sus medicamentos, tampoco su situación iba bien
económicamente. Tercera fase: amistad, afecto, intimidad sexual; ninguna de
estas estaba completamente satisfecha en Arthur, su más grande confidente era
su madre y nadie más.
Las demás fases son algo que claramente no tenía, pero
siempre aspiro a tener (como cualquier otra persona en la tierra), y que al
final de la película lo logra mediante sus acciones violentas. Dice que nunca
quiso ser un icono pero inconscientemente lo amaba, como cuando admiro el
boceto policial del payaso asesino en el periódico o cuando veía a las personas
manifestantes con las máscaras, pues le llenaba muchos vacíos.
La película nos presenta una paleta cromática de tonalidades frías,
dando a reflejar la tristeza y cruda vida de Arthur, además la paleta hace
referencia al nombre “Ciudad Gótica” y la decadencia de esta, el caos social y
político.
También nos muestra escenas con paleta un poco más cálida, reflejando
que aún con la dura y triste vida de este personaje, trata de mantener lo poco
de cordura que le queda y claro manteniendo una sonrisa en su rostro, dando a
reflejar la poca esperanza que le queda al protagonista. Por ejemplo la escena
cuando juega con el niño en el bus o cuando se imagina ese romance con su
vecina.
La mayoría de las tomas son enfocadas a la cara del personaje principal,
mostrándonos más los sentimientos de Arthur y haciéndonos sentir esa cercanía
con el personaje, e indicándonos las diferentes personalidades que este
posee.
La cinta tiene una restricción de edad,
pues la crudeza con que se muestran las muertes puede perturbar a menores,
además que la completa comprensión de que las acciones del personaje principal
son debidas a trastornos psicológicos y traumas de su infancia, y no
simplemente por una tendencia a ir en contra de la corriente o el descontento
político. No vamos a hablar sobre el final por
todos aquellos que aun quieran experimentar verla en cines, pues la conclusión
de esta cinta es bella, artística y abierta a la interpretación en muchos sentidos.
Sin duda esta película se mantendrá
memorable en el colectivo, y si aún no la has visto, ¿qué esperas para verla?,
te aseguro que no te arrepentirás.
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